La revolución ha llegado a MotoGP. Solo 48 horas después de concluido elMundial-2016, con la arrolladora victorias, tres grandes premios antes de la conclusión de la temporada, del nuevo y flamante tricampeón del mundo, el catalán Marc Márquez (Honda), se ha inaugurado, en el trazado de Cheste (Valencia), la nueva temporada, el Mundial-2017. Hasta una docena de cambios de pilotos y motos se ha producido de domingo y martes. Los tres más llamativos son, sin duda, la llegada de Jorge Lorenzo, de Yamaha a Ducati; la aparición de Maverick Viñales, que dejó Suzuki para subirse, hoy mismo, a la Yamaha del tricampeón mallorquín, y el salto del italiano Andrea Iannone, de Ducati a Suzuki.

El primero en inaugurar la pista hoy ha sido, cómo no, Lorenzo, que estaba impaciente por probar la Ducati Desmosedici aunque fuese, de momento, en la versión de este año y con alas, cosa extraña, ya que estarán prohibidas la próxima temporada. Sin duda, el mallorquín ha querido saber, de entrada, cuales son las sensaciones que provoca la vieja Ducati para, tal vez mañana, poder contrastar esas vibraciones con las que produzca en su cuerpo la Ducati-17.

"Lo mas inteligente es que nos adaptemos los dos. Que Jorge entienda que esta moto es diferente a la que ha pilotado siempre, de modo que deberá conducirla de forma distinta. Al mismo tiempo, nosotros también debemos tratar de generarle las mejores condiciones posibles para se acople a ella”, comentó ayer Gigi Dall'Igna, el director de Ducati Corse y el hombre que hizo bicampeón del mundo de 250cc a Lorenzo cuando estaban juntos en Aprilia. Dall'Igna no dudó ni un momento cuando se le preguntó sobre la meta que se pone con la incorporación del tricampeón: “Quien invierte tanto como ha invertido Ducati para traer a Lorenzo lo hace con el objetivo de ganar el Mundial”.

Pocos minutos después de que Lorenzo saliese a la pista, totalmente vestido de negro como su moto (Yamaha le ha dejado probar, martes y miércoles, la Ducati, pero le impide hablar sobre ella), lo hizo la joven promesa de MotoGP, el catalán Maverick Viñales, ganador ya este año de un GP con Suzuki. "Hacía mucho tiempo, mucho", explicó anoche a EL PERIÓDICO uno de los miembros más destacados de la escuderia Movistar-Yamaha, "que no veía a un piloto, a nadie, mirar con los ojos tan despiertos y la mirada tan ilusionante como la que tuvo Maverick cuando entró en nuestro box, por vez primera, y vio nuestra Yamaha".

Se da la circunstancia que Viñales ha heredado, en Yamaha, todo el equipo de Lorenzo, a excepción de Juanit0o Llança, el mecánico que no se ha separado del piloto mallorquín desde que era niño. Viñales fue recibido en su box por Ramón Forcada, técnico de Lorenzo, y Davide Marelli, telemétrico del mallorquín. Tras intercambiar comentarios, el catalán se subió a su Yamaha, que llevaba pintado en sus laterales tres inmensas letras MVK (Maverick Viñales).

EL MOTOR DE LA HONDA

Mientras Márquez parecía estar probando el nuevo motor de su Honda RC213V ("va a ser la tarea más importante de estos días, empezar a decidir el motor del próximo año", comentó anoche en la COPE), Iannone estrenaba su Suzuki con sigilo, consciente de que él, más que nadie, es quien más tiene que aprender pues, probablemente, es la estrella que hace el salto más bestia, de la potentísima Ducati a la filigranera Suzuki.