"A pesar de las recientes especulaciones de los medios de comunicación y los rumores, Remy Gardner se encuentra actualmente en ruta a Phillip Island (Australia), donde tiene intención de participar en la próxima carrera de Moto2 ante su afición", así comienza el comunicado de prensa que acaba de publicar el joven piloto australiano, Remy Gardner, hijo del legendario Wayne Gardner, campeón del mundo de 500cc en 1987.

Remy añade en su texto: "En respuesta a las historias que circulan en la prensa y en los diversos medios sociales, Remy afirma que no ha sido acusado de ningún delito relacionado con un incidente de circulación y espera terminar la temporada en el Racing Tasca Scuderia". Asimismo, el hijo de Gardner concluye su escueto comunicado diciendo que "no tengo comentario alguno que hacer respecto al incidente".

EL ACCIDENTE EXISTIÓ

Sabido es que Remy Gardner tuvo un encontronazo con otro coche, al parecer de un empresario japonés, en uno de los parkings del circuito de Motegi (Japón), concretamente el P1, donde suelen dejar sus coches los vehículos autorizados de organizadores, periodistas, miembros de los equipos y también pilotos. Remy, que conducía sin carnet (bueno, en realidad no tiene carnet ni español ni australiano), fue retenido por la policía japonesa ante las protestas del empresario japonés, que, según ha podido saber EL PERIÓDICO, llegó a arrebatarle las llaves del coche a los Gardner para que no pudiesen escapar.

Papá Gardner, no solo se enfrentó verbalmente y casi llegó a las manos con el empresario japonés, sino que, incluso, mintió a la policía japonesa al intentar disuadirles de que era él quien conducía el coche. La policía, que permitió que Remy participase en la carrera de Motegi, ha permitido ahora la salida de Japón de padre e hijo para que puedan seguir con su participación en el Mundial de Moto2.