Sabido es que el Mundial de MotoGP inicia este fin de semana, en el circuito de Motegi, la recta final de la temporada, con tres apasionantes grandes premios seguidos: Japón, Australia y Malasia. Pero hace ya tiempo, muchos meses, que fábricas, escuderias y pilotos están pensando y preparando la próxima campaña. En ella, los cambios de pilotos, de campeones, han sido muy importantes: Jorge Lorenzo deja Yamaha para irse a Ducati;Maverick Viñales deja Suzuki para correr con Yamaha y, entre los 'grandes', Andrea Iannone deja Ducati para incorporarse a Suzuki, junto a Àlex Rins.

El caso es que, el martes y miércoles siguiente a la conclusión del Mundial, en Cheste (Valencia), se realizan las primeras tomas de contacto de todos los pilotos con sus nuevas monturas, cambien o no de marca. Y es ahí donde surgen los problemas, porque los contratos de los pìlotos, en teoría, duran hasta el 31 de diciembre de este año y, por tanto, es potestad de cada escuderia-fábrica conceder o no el permiso para que, en teoría, su ya expiloto pueda probar y correr con su futura montura. El equipo Movistar-Yamaha, a través de su jefe máximo, el británico Lin Jarvis, ha autorizado a Lorenzo a probar en Valencia la Ducati-2017, pero se niega a que participe, como el resto de pilotos de MotoGP, en los test privados que tendrán lugar, en Jerez, del 23 al 25 de noviembre.

LAS EXPLICACIONES DE JARVIS

El jefe británico de Yamaha ha organizado hoy, en Motegi, una conferencia de prensa para responder, más bien para salir al paso, de las acusaciones que había sufrido por vetar la presencia de Lorenzo en Jerez. Y ha sido duro, durísimo, pero firme, determinante, impasible.

“Esto es un deporte pero también un negocio, no es caridad. Permitimos que pruebe en Valencia como una concesión, dentro de un marco de deportividad. Pero creemos que eso es suficiente”, respondió Jarvis, que tenía preparada una batería de argumentos, muchos de ellos irrefutables.

INTERESES ENFRENTADOS

“Jorge quiere ir rápido lo antes posible con su nueva moto, pero sus intereses no son los mismos que los nuestros. Ducati ha invertido mucho dinero en él y quiere que se adapte a toda velocidad. Pero nuestro cometido no es ponérselo fácil, porque estamos convencidos de que será uno de nuestros principales oponentes en 2017”, dijo, antes de añadir otro elemento a tener en cuenta.

“No hay que olvidar que Jorge ha decidido irse, y la relación con alguien que se va no es la misma que si se quedara. Su contrato es hasta el 31 de diciembre. Jorge podrá pasar ese test a 2017 y ya está”, prosiguió el gerifalte, que también tuvo respuesta cuando se le preguntó por qué Suzuki y Ducati sí permitían a Viñales y Iannone, respectivamente, rodar con las que serán sus nuevas escuderías.