Se dice pronto, pero un kilómetro de aceras accesibles es un oasis en el desierto. Al menos lo es en una ciudad como Almassora, que durante décadas ha prestado poca (o ninguna) atención a eliminar las barreras arquitectónicas. Quedan muchas, lo sé, pero a esa longitud recortamos ya más de 1.000 metros en una sola vía, los 620 ejecutados ya en la calle San Jaime y los 400 que le siguen desde esta misma semana.

La gestión del Ayuntamiento de Almassora no descansa por vacaciones y las obras de este bulevar, incluidas en los fondos Feder de la Unión Europea, tampoco. Los plazos que marca la estrategia EDUSI nos obligan a ser rigurosos en el cumplimiento de un calendario que alcanza ya su ecuador en la transformación de San Jaime. Una de las vías principales pasa de ser solo carretera a ceder espacio a transeúntes y ciclistas.

Sé que gracias a la actuación ya ejecutada son muchos los peatones, sobre todo aquellos con carros de bebé o sillas de ruedas, que optan por San Jaime para aprovechar rampas y evitar los peldaños de otras aceras de Almassora. También la calle Santa Quitèria (l’Alcora) ha sido objeto de mejoras, a las que sumaremos un nuevo tramo de intervención. En total, acumulamos la extensión de dos campos de fútbol en rebajes de aceras desde hace tres años.

Es mucho pero insuficiente, sobre todo para quien delante de su casa tiene un bordillo de dos palmos o quien encuentra una farola en el medio de la acera a diario. No tiene explicación que el PP olvidara en su gobierno que transitar por nuestras calles es un derecho tan universal como el deber de pagar los impuestos para contribuir al mantenimiento de los servicios públicos.

Por ello, el plan para hacer de Almassora una ciudad donde se pueda caminar sin hacer zigzag se extenderá este otoño a la Vila, otro de los barrios más afectados por las barreras arquitectónicas. Los vecinos de San Joaquín y la plaza de la Iglesia serán los primeros en pasear a un solo nivel, sin miedo a caídas o tropiezos. El ambicioso plan de reforma es una promesa y un imperativo para los que creemos que las calles también son para muletas, sillas de ruedas y carritos de bebé.

*Alcaldesa de Almassora