El turismo de Castellón va a ver marcado en este 2015 un gran hito en su trayectoria. O más bien dos. Por un lado, se ha puesto en marcha el aeropuerto de Vilanova d’Alcolea, que está llamado a ser la puerta de llegada de miles de turistas extranjeros, fundamentalmente visitantes del norte de Europa. Y del otro, y siempre que se cumplan los plazos --la ministra de Fomento se ha hartado a repetirlo hasta la saciedad--, a finales de este ejercicio estará en marcha el tren AVE que unirá Castellón con Madrid en alta velocidad.

Por tanto, no son dos infreastructuras cualquiera. Son dos proyectos largamente reivindicados y que ahora, por fin, tras décadas de exigencias y olvidos administrativos, están a disposición del tejido empresarial y económico de la provincia. Es el momento, pues, de que empresarios y administración unan esfuerzos al máximo y planifiquen estrategias conjuntas para sacarles el máximo rendimiento. En Castellón lo tenemos prácticamente todo por hacer, porque hace años que la cifra de turistas, pese a ir al alza, está relativamente estancada. Tenemos recursos y acontecimientos que explotar, solo falta saber venderlos y poner los medios para que, cuando lleguen los visitantes por avión o AVE, sepan cómo aprovecharlos. No hay ahora excusas.