Esta preNavidad ha sido de las más auténticas en los últimos años, que, por razones de la tan traída y llevada crisis, han sido más bien anodinos por no decir melancólicos y grises.

Recuerdo que en los años 2008, 2009 y los sucesivos, los grandes almacenes emblemáticos redujeron la decoración navideña al mínimo nivel, así como los organismos públicos, etcétera. Hubieron razones para ello, lo que unido a los problemas personales de cada uno, hicieron que el periodo navideño se convirtiera en algo que había que vivir, pero sin una ilusión exacerbada.

No es que la situación haya mejorado mucho más, pero creo que la mayoría de nosotros nos estamos acostumbrando a las circunstancias y pensamos con cariño y cierta pena en aquellas navidades de los años 80 y 90. Los problemas también existían, pero tenían --o al menos así lo pensábamos-- solución a más largo o corto plazo; es decir, se vislumbraba un horizonte esperanzador.

Pero volvamos a nuestra realidad, la de hoy. Vaya por delante mi felicitación más sincera para la corporación municipal de nuestra capital, presidida por la alcaldesa Amparo Marco. Por un momento, en ocasiones, me he sentido trasladada a ciudades centroeuropeas. Grupos corales cantando villancicos en lugares emblemáticos de la ciudad, música de violín, guitarra clásica, mimo, decoraciones florales con alegoría navideña, la iluminación y, especialmente, la limpieza que se ve en nuestras calles y plazas, con el mobiliario urbano limpio y sin destrozos. El esfuerzo de los equipos de limpieza, y quiero pensar que el mayor civismo de nuestros conciudadanos, ayudan a que la ciudad esté limpia y presentable a todas horas del día.

Todo lo anterior hace que la ciudad y, por extensión, toda nuestra provincia, sean más atractivas para los locales y visitantes.

*PSPV-PSOE Castellón