En 2012 las costas gallegas se contaminaron catastróficamente de chapapote, palabra que no figuraba en el vocabulario del Sr. Rajoy. Para él, del Prestige emanaban pequeños hilitos de plastilina. Diez años después el chapapote de la corrupción enfanga la vida pública. Los hilitos de la plastilina Bárcenas, nombre tan impronunciable para el Sr. Rajoy como lo era chapapote, esparcen porquería tras descubrirse 22 millones en Suiza y publicarse los famosos papeles.

Son patéticos los intentos de normalizar la corrupción como las declaraciones del ministro Montoro “he viajado mucho y en todas partes hay corrupción”, como el usual argumento “y tu mas”, o como los engaños de hacer creer que no pertenecen al partido quienes siguen cobrando de él. Es lamentable querer desviar la atención como ha hecho Rajoy con auditorías internas de cuentas o con exhibición de declaraciones de IRPF que en ningún caso recogerán lo ilegal, que es lo que está en cuestión.

Bárcenas se une a Pokémon, Millet, Campeón, Brugal, Gurtel, Nóos, Pitiusa, Fabra, Ivex, Malaya, Palma Arena, Mercurio, Pallerols, Emarsa, Blasco, Over Marketing, incluso se une a la visita del Papa que se nos va. Palabras en las que suele aparecer la Comunitat Valenciana porque como dice nuestro paisano Manuel Vicent, al que tuve el honor de investir doctor honoris causa, “aquí tenemos basura de primera calidad”.

España no es un país corrupto, la Comunitat Valenciana tampoco, y no lo son la inmensa mayoría de las personas que están en política. Tan cierto es eso como que tenemos un importante problema con la corrupción y que, pivotando sobre el PP, es mayor aun en la Comunitat (nos ha costado 1.184 millones en tres años). No basta con el código penal para luchar contra la corrupción. Se necesitan políticas preventivas basadas en la transparencia, principios de gobierno abierto, y compromisos éticos con seguimiento.

En esa línea los socialistas valencianos hemos trabajado 4 días en el fórum por la transparencia y contra la corrupción, organizado antes de que aparecieran los papeles de Bárcenas. Por él pasaron estudiosos universitarios del tema, políticos, transparencia internacional y dos colectivos clave en la lucha contra la corrupción: juristas y periodistas.

Como conclusión Ximo Puig presentó el “contrato por la ética, la transparencia y contra la corrupción”, que invito a consultar por internet. Son diez antídotos que nos comprometemos a aplicar todos los militantes y cargos del PSPV para limpiar la democracia de chapapote. Y en ese camino seguiremos sin cesar. H

*Portavoz adjunto del PSPV-PSOE en Les Corts.