Querido lector:

Las tormentas de verano adelantadas que tenemos estos días en Castellón deberían hacer pensar y mucho a los responsables estatales, autonómicos y municipales en materia de seguridad ciudadana. Y espero que no pase como con los mosquitos y la guerra política y de competencias de las administraciones públicas montada, que ha dejado la casa, la provincia, sin barrer.

Como ya advirtió hace unos días en las páginas de Mediterráneo el mayor experto en climatología que tenemos en la provincia, el catedrático de la Universitat Jaume I José Quereda, debido al intenso calor que hemos padecido los meses de junio y julio y la previsión de intensidad de calor también en la primera quincena de agosto, la temperatura del mar ha subido varios grados por encima de la media habitual en estas fechas, ya de por sí altas.

Y no hay que ser un experto en clima mediterráneo para adivinar que si esto ocurre, el riesgo de episodios de gotas frías o similares, habituales y muchas veces violentos al final del verano, se incrementa.

Por dos razones lógicas. Por una parte, la mayor temperatura del agua del mar puede provocar un riesgo de mayor virulencia de esos episodios climatológicos con sus temidas consecuencias de lluvias torrenciales localizadas, inundaciones en zonas costeras o granizadas en zonas del interior. Y por otra, esos episodios pueden adelantarse a sus fechas habituales de finales de agosto, septiembre y octubre.

Ambas cuestiones, el riesgo de adelanto y el riesgo de mayor dimensión, deberían poner en alerta a los responsables de las administraciones públicas a la hora de ponerse a la faena en los trabajos preventivos. Limpieza de cauces de ramblas, barrancos y ríos secos, saneamiento de colectores y redes de alcantarillado, comprobación de evacuaciones en marjales y zonas costeras, actualización de los planes operativos de emergencia, etc, etc., tendrían que estar adelantándose ya y de manera coordinada para mitigar las posibles consecuencias negativas. Experiencias hemos tenido como para aprender del pasado.