Está llorando aunque no puedes ver sus lágrimas. Se intuyen rodando por su rostro. Tiene los ojos abiertos, al igual que la boca, de la que parece salir una mueca de dolor. Todos dirigen hacia él la mirada. Le acompañan en el mismo vehículo otros tres hombres adultos. Todos le observan en silencio. Abdel Hameed Alyousef debe tener unos 30 años. En la imagen aparece vestido con una sudadera deportiva de color rojo. Sus brazos rodean a sus dos bebés gemelos. Ambos descansan sobre las piernas de su padre. Los dos con los ojos cerrados. Los dos envueltos en una sábana blanca. Los dos con cicatrices en el rostro. Los dos reposando sus pequeñas cabezas sobre el pecho de su padre. Los dos muertos. Sí. Muertos. Abdel Hameed Alyousef es protagonista de esta terrible fotografía distribuida por la agencia Associated Press tras el bombardeo sobre el poblado de Jan Sheijun, en Siria. Este padre cuenta que el ataque con gas se produjo cuando estaban todos dentro de su casa. Consiguió sacar a su familia. Ya en el exterior, pensando que estaban a salvo, fue corriendo a ayudar a otros familiares. A todos ellos los encontró ya cadáveres. Cuando volvió a buscar a su mujer y sus bebés, los encontró también muertos. El gas propagado les había asfixiado. La imagen de AP está tomada de camino al cementerio. Lo siguiente que vemos es al joven padre de rodillas frente a las dos pequeñas tumbas tratando de ponerse en pie. Sollozando. Un grupo de amigos trata de sostenerle y levantarle. Después podemos observar su desgarro en una entrevista con la cadena pública británica, la BBC. Solo unos minutos que se ven interrumpidos por un llanto amargo. Unos minutos para ver algunas fotografías de sus bebés hace días sonriendo, jugando... viviendo.

Este viernes ha comenzado la evacuación de más de 30.000 personas de algunas de las zonas de Siria más afectadas por los últimos ataques, tras los acuerdos regionales alcanzados. Un éxodo sin fecha de regreso. Un éxodo al que no tendrán ya derecho Aya y Ahmed, los dos bebés de este joven padre. Otros cinco millones de personas siguen atrapadas dentro del país. Y se calcula que 5.000 han perdido la vida en el mar Mediterráneo tratando de huir de bombardeos como el de hace una semana. La vida no sigue para todos ellos.

*Periodista