Querido lector/a, como el domingo me fui a un recital donde se cantaba a poetas contemporáneos, solicité de mis compañeros que por Whatsapp me informasen de la evolución de las elecciones presidenciales francesas y el Barça-Madrid.

La verdad es que, a pesar de que el resultado era el previsto --Macron y Le Pen pasaban a la segunda vuelta-- el hecho de ver a B. Hamon y al PSF con cifras de fuerza extraparlamentaria me provocó dolor en el alma. Menos mal que el Barça y su victoria tuvo a bien, no sanar, pero si aliviar la reciente eliminación de la Champions y el desastre sociata en Francia. Así y todo, reconozco que, después de Cruyff, ganar al Madrid ya no es suficiente para un culé. Pero bueno, como decía, me sirvió para desinflamar mi maltratada alma futbolera y política. No obstante, confieso, que lo que más me indignó fue leer el falso análisis que hacia un dirigente provincial sociata sobre las elecciones en Francia. O dicho de otra forma, después del drama que está viviendo la socialdemocracia europea, decir que en Francia la culpa la tienen los afiliados que eligen en primarias a líderes radicales de izquierdas --se refería a B. Hamon y de pasada a P. Sánchez-- que la gente no quiere ni vota y solo sirven para que gobiernen la derecha, es de una ceguera tan poco realista como preocupante. Pero bueno, la cosa aún fue a peor: añadió que es, precisamente esa gente, la que ha hecho perder la ilusión que tenían los franceses con el socialismo de Hollande y Valls ¡Háztelo mirar!

Querido lector/a, con este artículo sin propuestas, solo deseo señalar y denunciar esa tan falsa como interesada barbaridad. Opinión, que si se impone, seguirá conduciendo a la socialdemocracia al desastre. Alguien le debería preguntar a mi amigo por aquello que canta Bob Dylan en su Blowing in the wind: ¿Cuánto ojos, orejas y cerebros tiene que tener un hombre para ver, escuchar y entender a la gente?

*Experto en extranjería