El pasado lunes un preadolescente irrumpió en su instituto vestido con ropa de camuflaje y una mochila, y armado con un cuchillo y una ballesta. M. P., de 13 años, asesinaba a un profesor y hería a varias personas. El menor es fan de la serie The Walking Dead y de Daryl Dixon, personaje que mata zombies con una ballesta.

Según sus compañeros, M. P. había dicho en diferentes ocasiones que poseía una lista con el nombre de diferentes profesores que iba a asesinar para luego suicidarse, pero jamás se le tomó en serio. Todo apunta a que sufrió un brote psicótico. Esto es un desequilibrio mental momentáneo que ocasiona una percepción distorsionada de la realidad, con alucinaciones visuales y auditivas. Los síntomas típicos son ideas extrañas, descuido en la manera de vestir y en la higiene personal, aislamiento social, suspicacia y desconfianza extrema. En este punto conviene apuntar que la probabilidad de sufrir un brote psicótico para un niño de 13 años es casi nula, pues rara vez se presenta antes de los 18 años. Por lo tanto, faltan muchos detalles para sepamos con certeza que motivó al chico a cometer la barbarie. Algo que sí se sabe es que el centro de estudios desconocía el trastorno mental que padecía. Esto no es de extrañar, pues las familias no tienen la obligación de informar al centro del historial médico de los hijos, por temor a que los alumnos con enfermedades mentales pudieran ser estigmatizados. H

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)