A poco más de un mes del cambio de gobierno en l’Alcora, desde el Partido Popular vemos con preocupación como Samuel Falomir, futuro alcalde de la localidad, actual concejal de Urbanismo, está más enfrascado en el cambio de sillón que en sus obligaciones.

Falomir ha sido artífice de una de las mayores chapuzas del tripartito. Las goteras que sigue habiendo en la plaza del Ayuntamiento a un mes escaso de su inauguración. El problema que sirvió de excusa para satisfacer el capricho por excelencia del alcalde actual de l’Alcora sigue existiendo pero además, se ha visto agravado por la elección de un pavimento feo, obsoleto y que se ensucia y estropea a la velocidad de la luz y que ha acabado ya en sobrecostes.

El que será primer edil durante los dos próximos años tiene un currículum repleto de despropósitos. En su anterior etapa como concejal demostró dejadez y tibieza a la hora de defender los intereses de los alcorinos y parar la incineradora. Movimiento vecinal que ganó una lucha que al final abanderó el Partido Popular durante su mandato. Falomir, en su anterior etapa, dejó una multa de la Confederación Hidrográfica por la construcción del puente de Regatell y un agujero en las arcas municipales de cerca de medio millón de euros en un Ágora cuyo uso en ocho años se podría contar con los dedos de una mano.

Una de las últimas víctimas de su gestión han sido los árboles de la Foia sometidos a una tala injustificada. Un futuro alcalde doblegado ante sus socios que demuestra que no tiene poder y que acaba supeditado a las decisiones que toman otros por él, aunque esto suponga lastrar el futuro de los vecinos, no está capacitado para ser alcalde. L’Alcora no se merece un alcalde que ha cosechado los peores resultados electorales del PSPV y cuyo currículum evidencia que no está a la altura de la responsabilidad que requiere gestionar nuestro pueblo.

*Concejala del PP en l’Alcora