Cuando uno pretende dar lecciones de limpieza teniendo su casa hecha un asco, es difícil que tenga credibilidad. Mucho menos ante los ciudadanos que saben bien lo que cuestan las cosas.

Ayer nos desayunábamos con una denuncia de Compromís Benicàssim diciendo que si las obras del Albergue Argentina hubiesen costado menos, hoy Villa Elisa estaría acabada. Cuanta falsedad e hipocresía hay en esa afirmación.

Si Benicàssim no disfruta ahora mismo de un palacete restaurado para uso de congresos y cultural, como Villa Elisa, es porque el tripartito donde Compromís también gobernaba, abandonó las obras de forma unilateral, escudándose en que la Generalitat no pagaba al ritmo que debía. Pero la realidad es que, con 400.000 euros se hubiese concluido una obra que, ahora, nos costará alrededor de un millón de euros retomar su rehabilitación.

En vez de ello, el tripartito que nos dejó en herencia una deuda de 17 millones de euros a los benicenses y 1,2 millones a pequeños proveedores, prefirió colgar una pancarta en la fachada del palacete haciendo política, en vez de arremangarse y ponerse a trabajar.

Esta alcaldesa ha reclamado el pago de Villa Elisa ante la Generalitat infinitas veces, mandase quien mandase, y lo seguiré haciendo, con seriedad y firmeza, hasta cobrar el último céntimo que se debe a esta ciudad. H

*Alcaldesa de Benicàssim