Urge la reacción de aquellos que consideren que la gobernabilidad de España no puede estar supeditada a los intereses de formaciones políticas cuya razón de ser es la desmembración de la nación española y, consecuentemente, su destrucción.

A nadie debería sorprender ya que los independentistas continúen desestabilizando el país con pretensiones que dejan de ser lícitas desde el momento en que para materializarlas se atenta contra la legalidad vigente que, conviene tener presente, es reflejo de la voluntad de los españoles expresada democráticamente. Más novedosa es, en cambio, la irresponsable e interesada colaboración que el PSOE ha ofrecido a independentistas y nacionalistas con el único objetivo de arrebatar el gobierno al partido más votado, aunque ello haya supuesto contradecir, una vez más, lo que sus dirigentes decían hace menos de tres meses, cuando mentían descartando una moción de censura de su mano.

Pues bien, el tiempo pone a cada uno en su sitio, y está claro ya que el tiempo ha puesto al PSOE en el cénit de su impostura, al lado de los independentistas y Bildu.

Pretender justificar la censura al Gobierno en una sentencia, que a ninguno de sus integrantes condenó, es un insulto a la inteligencia puesto que para que prosperase la moción se contó con Bildu, que sistemáticamente ha cuestionado las sentencias de condena a los terrorista de ETA, o los independentistas que presentan como presos políticos a los políticos presos. Eso sí, el PSOE seguirá «ere» que «ere» defendiendo lo indefendible.

*Portavoz PP Vinaròs