Los esfuerzos por conseguir piezas únicas de calidad para lograr la máxima diferenciación ha sido el denominador común en Cevisama 2018, que cerró el viernes sus puertas en el recinto ferial de València. La cita más internacional de la cerámica se ha despedido con cifras de récord, sobre todo en negocio y asistencia. La feria ha recuperado su esplendor con una imagen global del evento inmejorable y superado el techo de los 90.000 visitantes, con un incremento del 20 por ciento de clientes extranjeros.

Así las cosas y, en vista de alargar el calendario comercial anual de la industria cerámica, la organización del certamen ha previsto adelantar una semana su celebración en 2019, que abrirá sus puertas el 28 de enero a petición de los expositores. Con la iniciativa, aprobada en mayoría en el seno de la feria, el sector iniciará su ejercicio comercial antes, ya que hasta la presentación de las nuevas colecciones muchos compradores no concretan sus pedidos. Pese a todo, algunos empresarios ven ciertas dificultades, dado que los montadores de los estands, cada vez más estupendos y cuidados, comenzarán en plenas fiestas navideñas.

A LA CONQUISTA de nuevos escenarios, los esfuerzos realizados desde el propio seno de la industria cerámica están encaminados a la expansión, a crecer, pero a crecer en todos los sentidos con una producción más eficiente y responsable, en innovación y calidad, siempre con el objetivo de ir más allá, por ofrecer lo mejor; y ese es el gran objetivo para poder competir con garantías a corto medio y largo plazo. De modo que, en este ámbito, la cerámica gana terreno para su colocación en nuevos escenarios, más allá de los tradicionales como mero revestimiento idóneo para zonas húmedas. La baldosa cerámica ha conquistado espacios domésticos jamás pensados y usos urbanos inimaginables hasta hoy. Es un elemento constructivo de primer orden. Y sus logros son sus propios méritos, que también se manifiestan en el entorno urbano de municipios y ciudades. Un sector que ha dado la vuelta al mundo, quiere crecer en calles, plazas, jardines, edificaciones arquitectónicas y en nuevos microespacios del hogar, en nuevas aplicaciones al amparo de la tecnología y, en algún caso, incorporando sus infinitas posibilidades en el Internet de las cosas. Son ámbitos explorados y por descubrir que amplían de forma considerable las posibilidades de una industria que no para de renovarse. De hecho, tal y como recalca el presidente de la patronal cerámica, Ascer, Vicente Nomdedeu, «la innovación está instalada en el propio ADN de una industria que siempre aspira a más».