El octavo Programa Marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea, conocido como Horizonte 2020 (H2020) supuso en su día un notorio paso adelante para la ciencia del continente por muy diversas razones. Concentró en una sola las distintas iniciativas comunitarias y se fundamentó en tres grandes pilares: la excelencia científica de primer nivel, el liderazgo empresarial a través de la innovación y de la obtención de resultados aplicables a la industria, y también el acento en los distintos retos sociales que habían de beneficiar a la ciudadanía.

De esta manera, se ponía énfasis en la investigación puntera y, al mismo tiempo, en la creación de empleo con un sistema europeo de I+D+i fuerte y competitivo, basado en la colaboración transnacional y con acento en la igualdad de género, en los trabajos punteros (los Advanced Grants) y, de forma decidida, en los jóvenes investigadores (las becas Marie Curie).

Aun así, aun representando un impulso notorio, el programa H2020 nació con menos presupuesto del que había previsto el Parlamento Europeo. La tendencia de las políticas de austeridad hizo que la Comisión Europea rebajara las expectativas iniciales. El noveno programa, que ha de implantarse entre 2020-2026, recoge los logros del anterior y propone un aumento del 43% de los fondos, hasta llegar a los 100.000 millones de euros, inversión que no solo significa una apuesta por la investigación, sino un impulso notabilísimo para superar la crisis a partir de la innovación y la competitividad.