El PP en España, en la Comunitat Valenciana y en algunos municipios no goza de su mejor momento. Pero es que el PSOE lo supera en despropósitos. Un ejemplo es Benicàssim, donde la Ejecutiva local dimite en bloque disconforme con la doble ocupación de la concejala Sonia Alonso que experta en redes sociales -ha colaborado con Ximo Puig- trabaja en el Ayuntamiento benicense y asesora al alcalde de Alfàs del Pi. El vacío en la dirección del partido lo va a cubrir Gustavo Ramón, entre otras razones, por la cabezonería de Francesc Colomer, ya que el futurible secretario general formaba parte de la ejecutiva dimisionaria. ¿En qué quedamos? Si el partido representado en la agrupación local que dirige una ejecutiva de la que el propio Ramón es vicesecretario no apoya la dualidad de la edil y por ello abandona sus cargos, qué sentido tiene su candidatura cuando Alonso sigue siendo concejala y asesora. Quítate tú para ponerme yo, pese a que sigue sin resolverse el motivo de la dimisión.

Esta crisis evidencia la brecha entre el partido y el grupo municipal que aún no ha abierto la boca en esta trifulca. Colomer añade confusión al proponer un candidato del grupo municipal que, en su mayoría, no lo apoya y sí respalda a Alonso. Prevalece su interés y no el sentido común oídas todas las partes. H

*Periodista.