El año 2016 lo acabamos preguntándonos si de verdad había alguien en la provincia de Castellón que pensase que la gestión insensible y gélida hacia la salud de los castellonenses por parte de la consellería de Montón era la correcta.

El pasado mes de noviembre del 2017 continuábamos preguntándonos hasta cuándo Ximo Puig permitirá que los castellonenses soportemos este auténtico pufo que es la gestión sanitaria de la administración Montón.

El 2018 no augura nada bueno ya que Montón estas pasadas mavidades, ha convertido su Conselleria de Sanidad en la conselleria de caos universal.

Su gestión es sencillamente nefasta, no solo porque administrativamente sea una auténtica calamidad como lo demuestra el informe de la Sindicatura de Cuentas, que afea a la consellera el no haber establecido controles para garantizar la legalidad de sus contrataciones.

Es que la gestión médica está poniendo en riesgo la salud de los castellonenses en particular y de todos los valencianos en general. Parece ser que aquello que dijo la ínclita Montón al hacerse cargo del departamento de que iba «a abrir ventanas para que entrara el aire» lo único que ha provocado es una gripe generalizada de todo el sistema. Igual en lugar de abrir ventanas debería cerrar las puertas por las que se le están escapando el presupuesto, los profesionales y la poca vergüenza.

La Sindicatura de Cuentas y la Intervención de la Generalitat han dicho que hay 127 millones de facturas sin control; se han dado 14 contratos a dedo, hay fraccionamiento de facturas, pagos con caja fija sin contrato que avalen el pago. Si no es corrupción, hay despilfarro y nefasta gestión.

El caos se adueñado de la sanidad castellonense estas pasadas vacaciones de Navidad, debido a los recortes de personal y a la reducción de horarios, sin tener en cuenta que las enfermedades no entienden de vacaciones ni de gestión de turnos laborales.

Los recortes en personal necesario para suplir los permisos y vacaciones de los profesionales ha generado un colapso en las urgencias hospitalarias y en las listas de espera, ya que la falta de atención telefónica ha provocado esperas de hasta una semana en ser concedidas las citas.

Los que venían a rescatar personas y a proteger a los más débiles han dejado a la comarca de Albocàsser sin pediatra desde el pasado 23 de diciembre, durante todas las fiestas navideñas, con lo que han sido los niños de esta comarca castellonense los que han sufrido en sus carnes la pésima gestión de la consellera Montón.

Es una cuestión de prioridades. No tengo dinero para invertir en la salud de los ciudadanos, pero si para montar una tele y unos cuantos chiringuitos para colocar a los amiguetes.

Ximo Puig ha perdido la ocasión de ayudar a proteger a los castellonenses de los desmanes de Montón. Ahora simplemente se ha convertido en el cómplice de la gestión de esta consellería de caos universal.

*Vicepresidente de la Diputación Provincial de Castellón