Querido lector:

Tenía ganas de reencontrarme con esta columna diaria. Las vacaciones son para descansar y evadirte de la tarea cotidiana del trabajo, pero los que vivimos en este mundillo de la información, si no contamos cosas públicamente todos los días, nos falta algo. Y desde luego, las jornadas de asueto en verano dan para mucho.

Por ejemplo, para culminar uno de los mantras de este periodo estival en Castellón... aunque el problema lejos de atajarse va a continuar si nuestros responsables públicos no hacen algo. Hablo de lo que todo el mundo en la provincia ha hablado, despotricado y maldecido este verano: los mosquitos.

Hacía tiempo que no se veía por estos lares tanta inutilidad política. En Mediterráneo ya lo advertimos el año pasado y sobre todo lo hemos seguido haciendo desde esta pasada primavera. Las plagas de mosquitos se han extendido por todo el litoral, han alcanzado el interior y han hecho insoportable a muchos, propios y turistas, su periodo vacacional, sin que las instituciones públicas hayan hecho nada coherente para paliar las plagas, salvo poner parches, mentir como bellacos y evidenciar su incapacidad como gestores. Tanto los anteriores al 24-M como los nuevos salidos de las urnas.

La Generalitat se ha lavado las manos de la forma más irreponsable. Primero, diciendo que no es su competencia, cuando sí que lo es, y después siendo incapaz de coordinar nada ni dotar de nada aun reconociendo que la solución es supramunicipal. La Diputación, que no tiene competencias, se ha limitado a abrir unas líneas de ayudas municipales, que apenas daban para fumigar cuatro charcas y a compartir guerra política con el tema de transfondo. Y los ayuntamientos, totalmente sobrepasados y sin presupuesto, han excusado sus pobres actuaciones en tratamientos que pocos han visto y que poco, poquísimo, han funcionado. Eso sí, farmacias y súpers han hecho su agosto, mientras se llenaban ambulatorios.

Esperemos que con la cara roja, si la tienen, este invierno se lo trabajen. Si no, nuestra marca turística será el de la costa de los mosquitos.