Arturo Perez- Reverte decía que es un error grave mirar al pasado con ojos del presente. Yo añadiría algo más: es un error mirar con odio. Eso justamente está pasando actualmente en la provincia de Castellón.

Desde que comenzó la legislatura de la dignidad, hemos sido testigos de gestos por parte de los nuevos gobiernos radicales de izquierda. Gestos de odio, de sectarismo, de imposiciones que han servido para crear un ambiente de crispación entre los vecinos innecesariamente.

Se han dedicado a cambiar los nombres de las calles, a quitar símbolos que según su criterio eran antidemocráticos, de cambiar banderas constitucionales por otras que no lo son, de silenciar himnos, de borrar lo católico, que no lo religioso.

En la Vall d’Uixó hemos vivido hace pocos días el acto más brutal contra nuestros símbolos que podríamos haber imaginado. Amparándose en la Ley de Memoria Histórica, han hecho añicos la cruz de la plaza de la Paz. Por puro odio. Ni siquiera el informe del director general de Reformas Democráticas dice de forma clara que fuese un vestigio franquista, es más, reconoce que en el año 1979 se eliminaron los elementos de exaltación, ya que en este año, la primera corporación municipal de la historia democrática de la Vall supo mirar al futuro y llamar a ese lugar plaza de la Paz, y convertir el símbolo de la cruz en un homenaje a TODAS las víctimas, a crear un espacio de respeto, de perdón y de futuro.

Pero los nuevos gobiernos han venido a mirar atrás, y a crear odio. Tanto es así que incluso están dispuestos a saltarse la legalidad. El día 5 de junio, decidieron, sin un acuerdo de pleno de derribo de la cruz, destrozar el símbolo que para tantos valleros era simplemente católico, aunque he de reconocer que para mi era mucho más. Era ni más ni menos que el símbolo de lo que puede hacer el ser humano, de generosidad y de perdón.

Nunca pensaba que vería a mis vecinos gritarse y enfrentarse entre ellos, nunca vi tanto odio como esos días, ni tantos escombros tirados. Es tal la chapuza que ni siquiera se han preocupado de retirarlos como corresponde. Si alguien tiene dudas de lo que ocurrirá con la Cruz del Ribalta yo se las aclaro, la tirarán, porque son todos iguales. Se mueven como pez en el agua en la confrontación, en el embarramiento y la polémica. Ojalá dejen de mirar con odio, y ojalá los ciudadanos pierdan el miedo a defender la libertad.

*Portavoz del Partido Popular en la Vall d’Uixó