El Ayuntamiento de Almassora informará en el pleno de este mes de la liquidación del presupuesto del 2017, es decir, el balance de las cuentas una vez finalizado el ejercicio. La Intervención municipal ha calificado de «ideal» el remanente de tesorería de 1,2 millones de euros al cierre del año. Una gestión ejemplar del dinero público ha permitido cumplir el objetivo de estabilidad presupuestaria y la regla del gasto, una circunstancia que no siempre se ha dado.

Nuestras cuentas saneadas nos distancian enormemente de aquellas del año 2014, cuando el Ayuntamiento debía a los bancos hasta 6,8 millones de euros, más del doble de la cifra actual. Ni comparación con los 11,8 millones que el anterior equipo de gobierno llegó a adeudar en préstamos para pagar, entre otros, a los vecinos de la avenida Generalitat por la expropiación con precios que no se ajustaban a los del mercado. Así lo señalaron los jueces. Aquella gestión de espaldas a la ciudadanía tiene sus consecuencias todavía en nuestro presupuesto.

Seguimos pagando los créditos para hacer frente al fallo judicial, pero nuestro esfuerzo va más allá y cerramos el 2017 con la deuda al 20% (estaba previsto que quedara en el 23,77%) frente al 110% que marca la ley. Ahora es momento de pedirle al ministro Montoro que cumpla su palabra y trate a los ayuntamientos como entidades autónomas y responsables. El que presido es ejemplar en la gestión del dinero público, por lo que merecemos mayor consideración que aquellos que no atienden sus obligaciones.

¿Por qué nos impone un límite de inversión que impide que el dinero del contribuyente repercuta en el contribuyente? Todos no somos iguales y así lo prueban los informes que avalan que nuestra situación económica en nada se parece a la de otros ayuntamientos. ¿Cuántos de ellos pueden presumir de pagar a sus proveedores de bienes y servicios a 20 días frente a los 60 que marca la ley? Pocos, se lo aseguro. En lugar de meterse en nuestra gestión, el Gobierno debería hacer autocrítica. Que atienda más a esos pensionistas a los que condena con subidas ridículas. Eso sí es importante.

*Alcaldesa de Almassora