Querido lector/a, he leído en este periódico que Ximo Puig, el de Morella, secretario general del PSPV-PSOE y, a la vez, molt honorable president de la Generalitat Valenciana, ha dicho que aplaude que se presente Susana Díaz a las primarias del PSOE pero, lo esencial, es el debate de las ideas y, a partir de ahí, configurar un equipo de dirección y un liderazgo que ayude a reflotar el proyecto socialista en España.

La verdad es que estoy de acuerdo con ese pronunciamiento pero, por razones de coherencia y, además, porque la situación de encrucijada que vive la socialdemocracia europea y española reclama un compromiso sincero, confieso que mientras existen propuestas políticas de solución a los novedosos y complejos problemas contemporáneos, parece que no aflora el debate abierto.

Digo que las propuestas políticas o soluciones están ahí, en la tribuna de los medios, las mesas de las agrupaciones, en los grupos de Whatsapp de los afiliados, etc., porque al juntarse dos importantes eventos como son las primarias y el 39 Congreso del PSOE, tanto los candidatos como la actual gestora, aportan documentos en la línea de promover un futuro de esperanza, de defensa del bien común y la justicia social. Pero, al tiempo, digo sin querer ofender pero sin tapujos, que no existe un debate abierto como hecho público y social que contraste diferentes posiciones. Posiblemente, y esta es mi opinión, porque en parte se ve lastrado por la condición humana en medio de unos partidos que, en general, la elección de ciertos cargos institucionales y orgánicos aún no depende, suficientemente, del compromiso de éstos con el partido y la sociedad ni de la participación directa de los afiliados. En consecuencia, se mira de reojo la posición de quién decide o influye en la elección de los cargos, se silencia parte del discurso, se reduce a pequeños comités y se aleja la fecundidad que conlleva la reflexión colectiva y abierta.

*Experto en extranjería