El arte de agradar es el arte de engañar». Esta frase del moralista francés Marqués de Vauvenargues define a la perfección la ética de quienes gobiernan ahora en la Generalitat Valenciana que pretenden sumir en la confusión a los ciudadanos respecto a fiascos económicos de gestiones anteriores a su llegada.

Mónica Oltra siempre habla de despilfarro, al igual que Ximo Puig, y desde Podemos les aplauden. El culpable de ello es el PP, nadie más, aseguran. La realidad es muy diferente porque los gobiernos sustentados por el partido que ahora encabezo dejaron infraestructuras palpables, tanto sanitarias, como educativas y viarias que no se pueden discutir. Inversiones necesarias para mantener el estado del bienestar.

Nada dicen los maestros del engaño de otras infraestructuras, también visibles pero improductivas, que se auspiciaron por parte de los socialistas y nacionalistas. Aún recuerdo esa foto del hoy secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, junto a la ministra entonces de Medio Ambiente, Cristina Narbona, celebrando la derogación del trasvase del Ebro y abrazando la construcción de la desaladora de Orpesa del Mar.

Esta infraestructura, junto a la de Moncófar, costó cien millones de euros. Hoy sigue paralizada, diez años después, y sin visos de entrada en funcionamiento por el precio elevado del agua y la falta de demanda de los ayuntamientos que se comprometieron a solicitar sus recursos hídricos. No están hechas ni las conexiones y la Unión Europea reclamará los casi 20 millones de euros de ayudas prestadas.

Solo en estas dos desaladoras, que ya se sabía que eran inviables, se invirtió el equivalente a la construcción de 24 colegios. Imagínense si se suman las otras tres desaladoras paralizadas en la Comunitat. Una vergüenza, pero Oltra no reclama la dimisión de Colomer ni de Puig que defendieron esos proyectos, es más los abraza como grandes compañeros del Ejecutivo autonómico. Pura comedia.

¿Y el proyecto Castor? Otros 1.500 millones de euros impulsados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -en este caso enterrados en el mar- y con la opinión contraria de los expertos desde el primer minuto. ¿Responsables? Cero. Nada menos que 26 modernos hospitales se podrían haber abordado con esa cantidad astronómica.

Eso es despilfarro real. El tripartito alberga en sus filas a quienes hurtaron a los castellonenses, alicantinos y valencianos posibilidades de progreso y a los que hoy siguen paralizando cualquier gestión de avance y recuperación. En el PPCV seguiremos luchando para desenmascarar a los que pretenden seguir engañando, sin éxito, a los ciudadanos.

*Presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana