El próximo domingo, 21 de enero, comenzaré la visita pastoral a las parroquias y otras comunidades eclesiales de la ciudad de Castellón. La visita pastoral es el encuentro del obispo como pastor --de ahí el nombre visita pastoral-- con los fieles y las comunidades eclesiales, que integran la Iglesia diocesana. Se inscribe en una antigua tradición, que arranca de los Apóstoles. El pastor conoce de cerca a sus hermanos y los hermanos conocen de cerca la persona y la voz del pastor, recordaba Jesús, el Buen Pastor, en cuyo nombre el obispo es pastor de la Iglesia, que Jesús mismo le ha encomendado, como sucesor de los Apóstoles.

Lejos de ser una visita meramente burocrática es, pues, un acontecimiento que supone un momento de presencia singular de Cristo, el Buen Pastor, en la vida de cada comunidad parroquial o eclesial. ¡Que este acontecimiento de gracia fortalezca nuestra adhesión al Evangelio, haga crecer nuestro amor a la Santa Iglesia Católica y nos anime a ser miembros activos de tu Cuerpo, en nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón! Es mi intención además alentar a los agentes evangelizadores, animándoles a sentirse protagonistas de la misión de la Iglesia en nuestro tiempo. De esta manera pretendo seguir alentando la renovación pastoral de nuestras parroquias.

En la visita pastoral deseo, a la vez, agradecer y valorar el esfuerzo de tantas personas, y animar y alentar a todos, sobre todo a los laicos, comprometidos en la tarea misionera y evangelizadora. Nuestra Iglesia diocesana ha de estrechar con más fuerza los lazos de la solidaridad y de la fraternidad, y crecer en sentido diocesano; es tarea del obispo unir cordialmente a todos, ya que el obispo es el principio y fundamento visible de la unidad de la Iglesia diocesana (LG). Este objetivo ha de estar presente en la visita pastoral, porque la Iglesia es «comunión misionera».

*Obispo de Segorbe-Castellón