Parece que los que vivimos en países más o menos desarrollados, o al menos esa es la etiqueta que nos ponen, hemos formado un cliché mental sobre el hambre en las naciones deprimidas donde la lucha por la supervivencia es algo preferencial, anteponiéndolo a las violaciones, la guerra, los raptos, etc.,. Hay dos factores intervinientes, el psíquico y el físico, ambos de gran valor para seguir adelante.

Lo que ya no se lleva es la imagen impactante de niños desnutridos y similares, preferentemente africanos, para despertar nuestra piedad más primaria.

Según las declaraciones de un portavoz de una organización española de carácter social y humanitario, para los grandes problemas de los países occidentales, lo que se conoce como el cuarto mundo, parece claro que no se pueden utilizar imágenes desgarradoras de la pobreza, porque incitan la creación de prejuicios y van contra la dignidad humana.

SIN EMBARGO, hasta ahora, por aquello de que, a veces, el fin justifica los medios, se había hecho en las campañas del tercer mundo.

Somos conscientes de que, a nivel personal, hemos de aportar todo tipo de ayuda, la que sea, con tal de que se favorezca a aquellos en situación de extrema pobreza, marginación social y que no necesariamente tengan que vivir en otros países, pues en el nuestro, lamentablemente, hay muchos compatriotras a los que ayudar, ¿o no?

LA DESGRACIA suele ser sobrevenida que no buscada, si bien hay quien prefiere generalizar en un sentido malintencionado, por aquello de que, supuestamente, su cargo de conciencia, al verlo desde un punto de vista de opulencia, es menor.

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE Castellón