Me parece muy curiosa la habilidad con la que la izquierda utiliza la pancarta reversible: dicen una cosa, a los dos años defienden la contraria ¡y se quedan tan anchos! No sé qué me molesta más, si su falsedad o que subestimen a los castellonenses pensando que tenemos memoria de pez y que no nos vamos a acordar que donde decían digo, ahora dicen Diego. ¡Bendita hemeroteca, qué bien viene para quitar caretas y ponerle a más de uno la cara roja!

Digo todo esto porque es lamentable que lo que hasta ahora la izquierda consideraba retallades de repente, el mismo hecho, ya no sean recortes y se convierta en un logro ¡Marzà además de adoctrinar, también sabe hacer magia! Ríanse ustedes del milagro de los panes y los peces, minucias, al lado de un conseller que es capaz de transformar la supresión de un aula en un hecho digno de aplauso.

Todos los años hay que sacar el arreglo escolar, no es otra cosa que habilitar y suprimir unidades educativas. Este procedimiento era ferozmente atacado por el PSOE y Compromís, entonces en la oposición y sin embargo, ahora que gobiernan, lo plantean como una solución magnífica. Miren, la cuestión es muy sencilla: o mentían entonces o mienten ahora, pero no se puede decir una cosa y la contraria y querer tener razón las dos veces.

Vicent Marzà habla de las unidades que crea pero se calla y no dice ni mu de las que suprime ¡y suprime eh! ya lo creo que suprime, y teniendo en cuenta que tiene 600 millones de euros más provenientes del Estado, del Gobierno de Rajoy, no debería tocar una sola aula. Menos primaveras educativas, menos oficinas de policía lingüística, menos ayudas a los amigos y más destinar los recursos a mejorar la educación pública.

Marzà ha presentado el arreglo del curso próximo como si fuera un hecho sin precedentes ¿será posible? Con los gobiernos del Partido Popular el balance del arreglo era siempre positivo, es decir, se creaban más unidades de las que se quitaban, por lo que el conseller, que cada vez que lo escucho me da la sensación de que acaba de inventar la penicilina, no está aportando nada nuevo, no está haciendo nada que no se hiciera antes, y con una diferencia sustancial que ya he comentado, tiene la nada despreciable cantidad de 600 millones de euros más. Es vergonzosa la forma en la que intenta vendernos la moto; es vergonzoso que quién tanto alardea defendiendo la escuela pública, suprima más de 80 unidades en la Comunitat; es vergonzoso que quiénes se quedaban afónicos pidiendo la dimisión de consellers del PP por el arreglo, ahora estén callados, no se les oiga.

Clama al cielo esa doble vara de medir en la que se demoniza a la derecha y se mira para otro lado, independientemente de lo gorda que sea la barbaridad que haga la izquierda. Esto tiene un nombre y es hipocresía. La izquierda es como las monedas y, por desgracia, no por su valor, sino por su doble cara.

*Diputada autonómica del PP