Querido lector:

El PSPV provincial se enfrenta de nuevo a sus fantasmas tras un mandato de Francesc Colomer en la secretaría provincial y de Jorge Alarte en la secretaría general que han llevado a los socialistas castellonenses objetivamente a unos resultados electorales pésimos y a una división pocas veces vista anteriormente.

No tengo una bola de cristal para saber si el desembarco de Ximo Puig aglutinando a todos los discrepantes frente a la oficialidad descastada de Alarte, podrá servir para unificar la situación de división existente en la provincia de Castellón. Por lo pronto, la carrera ya ha comenzado y tenemos la primera contradicción: varios candidatos declarados para la secretaría provincial y un director de orquesta, Puig, que no cree en la estructura provincial.

Por un lado, el propio secretario provincial Francesc Colomer que tras el error de libro cometido en la elaboración de la lista autonómica creyendo que podía ir por libre, reaccionó con una dimisión sin dimitir al ver que no gobernaba para luego volver. Como valores, su acercamiento a un Ximo Puig que lo ve como el más conveniente y su portavocía en el grupo provincial.

Por otro, José Benlloch, triunfador en las municipales al obtener la alcaldía de la segunda ciudad de la provincia y diputado autonómico, aunque errara al ir con el perdedor Alarte. En su haber, su poder territorial en Vila-real, su novedad en la aspiración orgánica y su ambición e inteligencia políticas.

En tercer lugar, Antonia García Valls, exdiputada y actual concejala en la Vall, solo cuenta con un respaldo parcial de su agrupación. Y por último Adolf Sanmartín, hombre siempre fiel a Puig, y al que muchos veían como un hombre de consenso, que por su fidelidad no se presentará y está al lado de Colomer.