Es curioso que un país pobre como el nuestro se permita desdeñar fuentes de riqueza que vendrían muy bien para engrosar ingresos, reducir gastos y de paso suprimir impuestos que exprimen al contribuyente.

Una de las partidas más cuantiosas de los presupuestos españoles es la energía, porque la mayoría de los combustibles que gastamos los tenemos que comprar al exterior y nadie quiere renunciar a un mínimo nivel de bienestar. Resulta que en aguas españolas puede haber petróleo, pero nos negamos hasta hacer prospecciones para saberlo, pero se lo compramos a Marruecos que lo saca y se enriquece unos metros más allá. Las centrales nucleares las cerramos, pero la energía nuclear se la compramos a Francia con centrales fronterizas con España. En ambos casos cualquier desastre nos afectara de lleno. Sufrimos lo malo y no aprovechamos lo bueno.

Por último llegó el fracking para obtener gas, nadie sabe muy bien de qué va, pero todos se oponen. Estados Unidos lo aplica y va a ser autosuficiente, ellos deben ser tontos y nosotros muy listos. Con todas las medidas de seguridad necesarias y los estudios procedentes, estos ingresos pueden usarse en fomentar energías limpias. Y los partidos políticos dejar de hacer demagogia por quedar bien y ser realistas. H

*Notario