Los que se autodenominan como nueva política prometieron ser la voz del pueblo, escuchar a todos y gobernar de forma transparente y desde el diálogo pero la realidad es distinta. Tanto en la Generalitat como en los múltiples ayuntamientos donde gobiernan el día a día está demostrando que sus promesas eran una simple operación de marketing, una farsa.

Por el contrario la gestión del Partido Popular en la Diputación es un ejemplo de transparencia y eficacia, una demostración palpable de que el diálogo no debe predicarse sino practicarse. A pesar de la mayoría absoluta, el gobierno provincial optó por negociar y consensuar los presupuestos para este 2017 y, como nuestro diálogo y mano tendida era real y no un mero postureo al que nos tiene acostumbrada la izquierda, se logró un acuerdo histórico del que se hizo eco toda la prensa española poniendo de ejemplo a la institución provincial.

Ahí están también los cada vez más numerosos reconocimientos y premios a la gestión de transparencia y buen gobierno que lleva a cabo la Diputación. Pero lejos de conformarnos seguimos apostando por una mayor comunicación con los ciudadanos y nuevas herramientas que mejoren la transparencia para implicar a todos y cada uno de los habitantes de la provincia.

La cumbre de alcaldes celebrada hace pocos días es otro ejemplo de esa política que otros predican pero nosotros practicamos. Los alcaldes pudieron escuchar el proyecto del presidente Javier Moliner para los 135 municipios y tuvieron la oportunidad de expresar sus inquietudes, anhelos y reivindicaciones. Han sido escuchados y ya se ha actuado. El ejemplo más claro es que se ha ampliado la cobertura de las unidades de respiro a más de 20 poblaciones. Y es que la izquierda predica pero es el PP el que da el trigo.

*Diputado provincial del PP