Querido lector:

La política obsesiva del nuevo Consell surgido de las urnas de mayo del año pasado ha sido durante estos nueve meses reivindicar un nuevo sistema de financiación autonómica, bien por la vías política y administrativa o incluso por las vías legal y estatutaria. Pero no. La meta de un nuevo arco parlamentario que diera vida a un nuevo gobierno que estableciera la fórmula y el calendario tras las elecciones generales de diciembre pasado, se ha visto truncada por la incapacidad de las fuerzas políticas resultantes de lograr investir a un presidente que formara ese Gobierno. Estamos en el tiempo de la segunda intentona y todo indica que la cosa va para largo. Incluso, hacia unas nuevas elecciones, que si dieran un resultado factible para la gobernanza no harían posible un nuevo sistema de financiación autonómica hasta el año que viene.

Y el nuevo Consell, para entonces no tan nuevo, habrá gobernado la Comunitat casi la mitad de su legislatura sin una sola inversión y sin cumplir prácticamente ninguna de sus promesas electorales económicas y, por tanto, socialmente reseñables y afectas a la ciudadanía.

La vicepresidenta, Mònica Oltra, casi por primera vez, reconocía estos días la imposibilidad de gestión de su área. Afirmaba que en estos momentos resulta “inviable” asumir la gestión directa de más plazas de atención residencial por estar la Comunitat Valenciana “en la práctica intervenida desde el Ministerio de Hacienda”. Es solo un aspecto muy concreto de la gestión de la Generalitat, en este caso, de la Conselleria de Igualdad, pero un aspecto trasladable a todos los departamentos de la Administración autonómica que evidencia bien a las claras cómo la situación de quiebra de la Generalitat y su dependencia económica del Gobierno central (se trata de una administración intervenida) hacen imposible aplicar políticas propias.

Si recuerdan, es el mismo argumento empleado por el anterior Consell del PP, que también basó su capacidad de acción en una nueva financiación. Y la ciudadanía, creo, espera mucho más. Votó cambio y no la misma resignación.