Esta semana se cumplen casi setecientos años, 673 exactamente, de unas ordenanzas que en Castellón cambiaron el sistema por el que se había de acceder al gobierno municipal. Las otorgó la reina Leonor, señora entonces de la villa. En ellas se habló de “discordia e contrast entre los vehins”. Concretamente de la que existía entre los de “la mà major, de una part, e los de la mà mitjana e menor de l’altra”.

En el preámbulo de aquel texto se dejó escrito que aquello se hacía atendiendo a que “per la feblea i variació de la natura humanal, los enteniments de les gents sien de vegades diverses i discordants i d’aquí s’engenren dissensions i guerres”.

No era el primer reglamento establecido por aquella reina en materia electoral puesto que, seis años antes, el deseo real de obtener mayores beneficios económicos había motivado la promulgación de otra normativa parecida. Una búsqueda de soluciones al servicio de unos intereses que, entonces, implantaron un método de elección indirecta que distaba mucho de la mítica “democracia medieval” tantas veces expuesta por muchos historiadores.

A aquellos textos legislativos les sucedieron más a lo largo del siglo XV. Esta semana se cumple un aniversario, local, que forma parte de la larga historia, general y sin final, por el acceso al gobierno municipal. H

*Historiadora