Yolanda Domínguez, artista visual y experta en comunicación y género, está revolucionando la imagen y sus significados. Además, suma en la lista de periodistas y comunicadoras activistas que defienden en este país a las mujeres. Porque los medios de comunicación siguen siendo esa herramienta poderosa que construye estereotipos y destruye la imagen real de la mujer. Y no hay cambios a la vista, seguimos hablando de estas malas artes, denunciando el uso y abuso de las mujeres para conseguir audiencias. Hace unos días acudí a una conferencia de Domínguez sobre la influencia de las imágenes para cambiar, movilizar, reflexionar y actuar. Domínguez abrió un debate sobre la libertad de expresión y la responsabilidad que hay en esta misma acción de libertad. Una responsabilidad que tienen todos los medios y todos los profesionales de la comunicación, y que debería asumir también la sociedad, la gente que habla, grita, insulta en la enorme trama que son las redes sociales. Informar y formar era la hoja de ruta que nos grabábamos en las conciencias cuando escribías una noticia, reportaje o una entrevista. Esa responsabilidad que parece haber desaparecido en los canales de información.

Hace unos días, la frase «te voy a dar donde más te duele», pronunciada por un maltratador a su víctima antes de asesinar a su hija de un año, recorrió con escalofríos todos los medios de comunicación, debates, comentarios. Horror y terror. Asesinar y agredir a los hijos es el lado más duro y oscuro de la violencia machista. Miguel Lorente, que fuera delegado del Gobierno para la Violencia de Genero, insiste en que no es algo que ocurra de manera ocasional y recuerda la Macroencuesta de 2011, con 840.000 niñas y niños, el 10% de nuestra infancia, viviendo en hogares donde los padres maltratan a sus madres como parte de la violencia y como advertencia de lo que les puede ocurrir si deciden dejarlos. Cuando el corazón se hace insensible a los golpes y a las amenazas de cada día, el maltratador utiliza a los hijos para conseguir su objetivo. Horror y terror. Rabia e indignación. Por esta brutal realidad, por la libertad y la vida de las mujeres, por decencia y dignidad, los medios de comunicación deberían ejercer la responsabilidad de informar y formar. De transmitir roles y códigos de respeto y empoderamiento de las mujeres.

*Periodista