Queda poco más de una semana para que eche el cierre la Escuela Infantil San Vicente Ferrer, propiedad de la Fundación Caja Castellón y gestionada por Cáritas. Se pone así fin, si nadie lo remedia, a una trayectoria de casi medio siglo atendiendo a los niños de familias en riesgo de exclusión social. La falta de fondos para asumir la prestación del servicio ha ido lastrando el trabajo de la entidad a lo largo del último año, hasta verse abocados al cierre.

El Ayuntamiento de Castellón de PSOE y Compromís se jacta de ser social, solidario, integrador… pero la realidad es que, a día de hoy, la decena de magníficas profesionales que desarrollan su labor pedagógica en estas impresionantes instalaciones sólo tienen la comunicación oficial de que el 31 de julio se extinguirá su contrato. El equipo de gobierno municipal ha salido a hacer su preceptiva batería de titulares y declaraciones de buenas intenciones. Pero la realidad los deja en evidencia.

Desde el Grupo Popular les hicimos una propuesta concreta, y la tildaron de «injerencia». Pues déjenme decirles que ninguna, que lo único que pretendemos es aportar soluciones, además en una materia en la que el Ayuntamiento tiene competencias, puesto que tiene otras tres guarderías de titularidad municipal, y una subvencionada.

Y a la inacción se suma la falta de transparencia del bipartito de Amparo Marco y la imputada Ali Brancal. No han respondido a nuestras preguntas en las comisiones, pero resulta que hay un escrito del propio concejal que se compromete a aportar fondos. ¿Por qué no se hace? ¿Qué ha cambiado para anunciar una cosa y no hacer nada?

Estamos ante un PSOE y un Compromís dispuestos a gastar miles de euros en quitar cruces y abrir refugios antiaéreos, pero no tienen dinero para ayudar a familias que lo necesitan, ya sean de la guardería o afectadas por un desahucio.

*Portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Castellón