Casi dos años después de las últimas elecciones municipales y autonómicas, con un gobierno tripartito con mando a distancia en la Generalitat, la tan cacareada revolución parece que no se ha visto por ningún sitio.

Hoy el gobierno de Puig y Oltra, con 3.000 millones de euros más que el último gobierno del Partido Popular en la Generalitat, está aumentando la deuda al ritmo de 8 millones y medio de euros al día mientras las colas de impagos se multiplican, casi al mismo ritmo que la nóminas de asesores y altos cargos.

Puig y Oltra han convertido el Consell en un colocódromo donde la amistad es bienvenida y el talento desechado. Casi dos años después vuelven por la senda del aumento de las empresas en el sector público como ya hizo el maestro político de Puig, el expresidente del gobierno de España Zapatero. Y es que, si algo se ha demostrado en estos casi dos años del gobierno del Titanic es que hay dinero para lo que se quiere. Si para asesores, si para publicidad, si para empresas públicas. Es ese y no otro el resumen más evidente después del ecuador de legislatura.

Pero si absolutamente pobre es la respuesta en lo económico, terrible es la respuesta en lo institucional. Sentencia tras sentencia condenando al Consell de Puig y Oltra por falta de transparencia. La guerra abierta con los decretos de turismo y deportes perdidos en los tribunales, el chantaje lingüístico en educación o la batalla a la educación concertada, al igual que en sanidad donde las listas de espera se amontonan casi tanto como las reclamaciones de las concesiones.

Al final, el gobierno de Puig y Oltra es pura y simplemente ideológico. No saben ni quieren gestionar, sencillamente pretenden instaurar en la sociedad un modelo de conmigo o contra mí. La libertad con Puig y Oltra hace algún tiempo que emprendió el rumbo a otra parte, a otro lugar fuera de la Comunitat Valenciana. No hay peor gobierno que el que somete a la libertad al mayor grado de aislamiento.

Precisamente por eso, por rescatar la libertad en nuestra Comunitat, por hacer de la libertad un modelo de convivencia es por lo que es la hora del PPCV. El nuevo PPCV pretende que vuelva la libertad a la tierra de la que no debió salir, crear oportunidades frente a la imposición y la prohibición actual.

No hay que preguntar a nadie a quien besa o a quien reza, simplemente hay que creer en libertad de las personas para poder construir un proyecto con futuro, sin miedos ni directrices. Creer en las personas es apostar y defender su libertad más absoluta con todos los derechos pero también con todas las obligaciones. Esas son las sendas del nuevo PPCV, donde la libertad es un principio y defenderla es una obligación.

*Diputado del PP por Castellón