La gestión de la consellera Montón al frente de la sanidad valenciana es un auténtico desastre que ya reconocen hasta en el propio gobierno autonómico. Desde el recorte en el banco de sangre, el desmantelamiento intencionado del hospital provincial, el aumento de las listas de espera, las dimisiones en la Conselleria, y así un largo etcétera. Aquellos que venían a gobernar para rescatar a las personas y mirar a los ojos de los desfavorecidos están demostrando que ni lo uno ni lo otro.

El hospital de Vinaròs es una buena muestra de ello. Los gobiernos del Partido Popular fueron los que hicieron crecer el centro hospitalario de referencia para los casi 100.000 habitantes del norte de la provincia. Fue el Partido Popular quien construyó una ampliación del hospital que, junto con la dotación del material, representó una inversión ya en época de crisis de más de 10 millones de euros y se multiplicaron los servicios prestados y el personal al servicio de las personas. El gobierno del Botànic de socialistas y Compromís en dos años y medio no ha construido ni un solo centro de salud o consultorio, pues los de Peñíscola y Pobla de Benifassà estaban licitados y adjudicados por el gobierno del PP; tampoco ha iniciado las obras del centro de salud de Vinaròs o el de Alcalà de Xivert y el hospital de Vinaròs sigue con la tercera planta de la ampliación cerrada.

Ximo Puig prometió que en el 2018 se incorporarían 25 profesionales para mejorar la atención a los pacientes pero el año ha empezado y por ahora lo único que sigue incrementándose en el hospital de Vinaròs son las listas de espera tanto en consultas como en intervenciones quirúrgicas. Me consta que los profesionales tienen ganas de revertir la situación, ahora solo falta que la administración autonómica les dote de los recursos necesarios.

*Diputado provincial del PP