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El anuncio de la continuidad de Iberdrola en la provincia de Castellón, del que informa hoy Mediterráneo en sus páginas, es una excelente noticia para todos los castellonenses. De entrada, por lo que supone contar con unas instalaciones de una multinacional en nuestro territorio, con el consiguiente desembolso económico en forma de impuestos que ello conlleva.

Pero el alcance va mucho más allá. Supone seguir manteniendo puestos de trabajo, un tesoro que en tiempos de crisis económica hay que preservar más que nunca. Se tratan, además, de puestos de alta cualificación, y que, conllevan, además, un importante proceso de investigación y desarrollo, puesto que en Castellón está el centro de tecnología desde el cual la compañía controla y atiende a todas las plantas de ciclo combinado del mundo.

Y por último, porque tener la planta de Iberdrola en Castellón es garantía de calidad en el suministro. Es cierto que la luz que se produce en estas instalaciones se vuelca a la red, que no entiende de territorios, pero sí es cierto que es un refuerzo muy importante del sistema. ¿O es que no nos acordamos de los típicos apagones del verano con la llegada de los turistas y el alza de la demanda?

La planta es una vecina más de Castellón, y bienvenida sea su continuidad.