Fiar toda acción política a la improvisación, lo que viene a denominarse gestión veleta, la que se mueve según sople el viento, tiene como consecuencia los resultados a los que el Sr. Pedro Sánchez nos tiene acostumbrados desde que se hizo Presidente del gobierno por obra y gracia de todos los que perdieron las elecciones.

Su objetivo supremo era ocupar el cargo. Primer logro conseguido, a su manera, porque sí. A partir de ahí, confiaba en ejercer sin pena ni gloria, porque él lo vale, pero no ha tardado en descubrir que la vida real no es como el mundo fantástico que él ideo si algún día conseguía se sueño de liderar un país, porque para liderar, no basta con creer a pies juntillas que se es líder.

Los ejemplos se multiplican. Un día, quiso ser más espléndido que los líderes europeos. Así, sin pararse a pensar, consciente de que su decisión le reportaría grandes titulares, ante la crisis del barco Aquarius, abrió los brazos de par en par para acoger a todos los migrantes ofreciéndoles todo lo que se les podía ofrecer. No voy a ser yo quien diga que esas personas no necesitaban ayuda, es evidente que la necesitaban, pero un gobierno responsable toma decisiones meditadas, midiendo las consecuencias. Porque después pasa lo que está pasando, que no solo hemos dicho que las puertas de España están abiertas de par en par, sino que además, el siguiente barco, con unos pasajeros en las mismas circunstancias y con las mismas necesidades que el primero no ha sido tratado con tanto cariño, ni han tenido tantas ventajas. Es lo que pasa cuando se improvisa. Cuando un gobernante no asume que toda acción supone una reacción. ¿Son más o menos víctimas los primeros o los segundos?

Y después tenemos la actitud de unos responsables estatales que quieren ser tan políticamente correctos, que se quedan con cara de póker cuando sale a la calle un terrorista con decenas de muertes a sus espaldas, con la satisfacción de sus amigos de gobierno o con unas autoridades catalanas que menosprecian al Jefe del Estado de todas las formas posibles y el Presidente del Gobierno no sabe cómo posar. Malos gobernantes tenemos cuando nunca están cuando se les necesita de verdad.

*Concejal y presidente del PP Nules