Las viviendas de Castellón y su provincia andan paralelas a la pirámide de envejecimiento que presenta la población de sus pueblos y ciudades. Las algo más de 700.000 edificaciones con que cuenta la provincia tienen fecha de realización anterior al año 1979, lo que viene a demostrar la antigüedad de las construcciones, que necesitan de una pronta inspección para supervisar su estado de conservación. Hasta ahora, esa práctica urbanística que se establece para los edificios con antigüedad superior a los 50 años no ha tenido demasiado seguimiento pese a que lo establece la Ley Urbanística Valenciana y lo demandan continuamente los técnicos para que los correspondientes ayuntamientos se impliquen en su ejecución. Donde sí se van a poner manos a la obra es en la capital de la provincia, donde el Ayuntamiento está elaborando una ordenanza municipal mediante la cual obligará a pasar la ITV a todos los inmuebles que rebasen los 50 años y pondrá en marcha un calendario de adaptación para los controles que se establecen en dicha normativa.

Por otra parte, la Generalitat Valenciana ha dispuesto una serie de ayudas con las que cerca de 164.000 viviendas de Castellón podrán optar a subvenciones para reformas interiores, de accesibilidad y eficiencia energética. Es el denominado Plan Renhata, en el que se confía para la rehabilitación de espacios como baños y cocinas de edificaciones y, a la vez, se reactive el empleo en el sector de la construcción. Todas estas ayudas y cuantas más lleguen serán necesarias para actualizar unas edificaciones que envejecen paulatinamente. Reformas que se pondrán de actualidad en la feria Reforcas que celebrará Castellón en el mes de abril, que nació precisamente en esta línea de rehabilitación urbanística.