En sus declaraciones ante el juez por el accidente del Prestige, el director general de la Marina Mercante, José Luis López-Sors González (El Ferrol, A Coruña, 1941), ha insistido en que no recibió ninguna orden de sus superiores de Fomento al decidir alejar el barco de la costa. Con ello ha eximido al ministro Álvarez-Cascos del desastre ecológico. Eso sí es ser un subordinado ejemplar.Nombrado para el cargo en mayo del 2000, López-Sors, ingeniero naval y miembro del Cuerpo de Ingenieros Navales del Ministerio de Fomento, disfrutó del mayor momento de gloria el 19 de noviembre del 2001. Aquel día, la Asamblea de la Organización Marítima Internacional le eligió vicepresidente primero. En un nota difundida por el ministerio se destacaba textualmente que la "significativa distinción" para España reconocía "la activa política del ministro Álvarez-Cascos de implementación de la cultura de seguridad que viene desarrollando desde el principio de esta legislatura".Aparte del autobombo servido en cursi prosa, la verdad es que, un año después, con el naufragio del Prestige, el ministerio --a través de Marina Mercante y de la sociedad de salvamento Sasemar, que preside el propio López-Sors--, cayó en el ridículo internacional al no saber

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