Querido lector:

El almuerzo convocado ayer por Francisco Martínez en Vall d’Alba sirvió al PP de Castellón para mostrar su adhesión absoluta a su presidente regional y president de la Generalitat, Alberto Fabra, después de la algarada e intento de desplante de unos pocos en el congreso de Sevilla con la excusa del respaldo a Carlos Fabra, pero con la única intención de conformar un protagonismo en el PP provincial que al final de toda la movida solo les ha servido para demostrar que son muy pocos, sin ninguna fuerza, para negociar nada cara al congreso provincial y lo que es más grave para ellos, que no son tenidos en cuenta por nadie en el partido cuando no tienen el apoyo del hasta junio presidente provincial, como aquel día no tuvieron.

De esta guisa no podrán convertirse en alter ego de Javier Moliner en el próximo congreso provincial con la finalidad de participar en el gobierno del partido, salvo que el nuevo presidente quiera incluir a alguno, que seguro será así, por mediación de Carlos Fabra y la anuencia del presidente regional, en aras a una unidad interna, una renovación controlada y selectiva y una transición tranquila que ha solicitado Alberto Fabra y que Moliner cumplirá debido a su control de la situación y el respaldo absoluto además del partido regional y nacional.

La conclusión de la situación, por tanto, después del suicidio político de algunos cargos en Sevilla --que no obstante aún se dejarán notar alguna que otra vez-- será la de un PPCS unido, que respaldará unívocamente a su líder regional en el congreso de Elche y que participará posteriormente en un congreso provincial donde Javier Moliner tomará el mando de manos de su mentor Carlos Fabra tras 20 años de control absoluto y que deja al PP en el gobierno de todas las instituciones.