La Audiencia Nacional ha decidido finalmente dejar en libertad, por “razones de salud”, al etarra Iosu Uribetxeberria Bolinaga, condenado por numerosos crímenes, entre los cuales el secuestro de José Antonio Ortega. Por cuatro votos contra uno, este tribunal ha rechazado el recurso presentado por el fiscal contra la decisión de otro juez de conceder la libertad condicional al terrorista, porque sufre un cáncer terminal, una razón suficiente para excarcelar a un recluso, según la jurisprudencia común en muchos países democráticos.

Por la actitud del Gobierno ante este asunto, la dirección del PP se ha enfrentado con una parte significativa de las asociaciones de víctimas de ETA --la más intransigente-- y ha tenido que soportar agrias críticas del ala más reaccionaria del partido, encabezada por Esperanza Aguirre y Jaime Mayor Oreja, quien olvidó que en su época al frente de Interior fueron puestos en libertad numerosos etarras igual o menos enfermos que Uribetxeberria.

Cuando falta poco más de un mes para las elecciones vascas, en las que las dos fuerzas favoritas de las encuestas son el PNV y la izquierda aberzale, no parece probable que los círculos políticos y mediáticos conservadores de Madrid dejen de cebarse en el que denominan caso Bolinaga.