El conseller de Sanidad, Luis Rosado, reconoció hace unas semanas que, aunque desde su departamento han percibido las dificultades que las personas mayores pueden tener con el cambio de formato de los medicamentos genéricos, la implantación de esta medida ha conseguido un ahorro de 80 millones de euros en un año, lo que la consolida como una política eficaz, “ya que mejora la salud general de los valencianos aún a costa de tener que variar algunos de los hábitos”. Rosado resaltó que es una corresponsabilidad del ciudadano saber qué medicamento toma, “porque lo que está en juego es su salud”, y de la Administración que tiene el deber de informar al ciudadano.

Aunque el número de recetas prescritas ha crecido este año hasta un 2,41 %, el gasto por prescripción farmacéutica ha disminuido un 6,63 %, lo que es un claro indicador del uso de genéricos, que desde hace unos días se rigen por las normas impuestas por el Ministerio.

Ahora falta que, como piden los propios pacientes, farmacéuticos y médicos de Castellón, se tienda a unificar los envases para evitar confusiones entre los consumidores, sobre todo aquellos mayores de edad que ya tienen problemas con estos principios activos.