Querido lector:

Esta semana comienza en Burriana el festival de música que más público congrega de España, el Arenal Sound. En su quinta edición ha consolidado una fórmula que le permite afirmar sin complejos que se encuentra en la cúspide de los macrofestivales de verano en nuestro país. Un perfil de joven español, estudiante de entre 18 y 25 años, que por un precio muy asequible disfruta de una semana acampado a la orilla del mar y de un recinto de conciertos amplísimo, con una oferta musical que combina todos los géneros del amplio espectro de gustos del joven asistente y una oferta de servicios que cubre prácticamente todas sus necesidades.

Desde hace semanas todo el aforo está cubierto con creces. La fórmula, tras las primeras dos ediciones experimentales, ha evolucionado hasta tal punto que si quisiera atraer al doble de público lo haría. Arenal Sound se ha convertido en el rey de los macrofestivales españoles. Supera con creces al BBK de Bilbao, al Low de Benidorm, al FIB y al Rototom de Benicàssim, al Viñarock de Albacete o a cualquiera de los eventos musicales que nacen y desaparecen cada verano. Y, por fin, tras los primeros pinitos mediáticos del año pasado, este año podrá gozar del beneplácito de la atención de televisiones y grandes medios nacionales que hasta ahora lo miraban con el recelo de la incredulidad. Y con ello, de nuevo, la marca de la provincia y de Burriana en particular sonarán con una publicidad impagable.

La lástima es que a pesar de ser el festival que más puestos de trabajo crea, el que más movimiento económico suscita a su alrededor y el que llevará el nombre de la localidad y de la provincia por todo el país y media Europa con más realce, aún no está sirviendo para que un municipio con tantas posibilidades como Burriana no apueste por desarrollar seriamente una industria turística. Esa de la que incomprensiblemente siempre ha huido, que nunca ha abordado y que le haga salir del recuerdo, ya solo del recuerdo, de las viejas glorias naranjeras y de la apatía económica en la que se ve sumida desde hace ya demasiados años.