La Generalitat Valenciana nos ha vuelto a engañar a todos los vecinos de Castellón. Su anunciado plan para la reforma de viviendas nace tarde, mal, con poco presupuesto y marginando a la provincia.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que este plan se debería haber impulsado para crear oportunidades económicas. Es decir, que quien reformara su casa contara con una ayuda que beneficiara principalmente a sectores productivos como, por ejemplo, las empresas cerámicas.

Aunque la Generalitat no quiere enterarse, la cerámica es uno de los granes motores de la Comunitat Valenciana. Junto a las productoras de baldosas, se encuentra un gran sector servicios alrededor que va desde la maquinaria hasta el transporte. Una economía fundamental para nuestra provincia y miles de familias.

Por este motivo, desde el gobierno provincial pusimos en marcha ayudas a la rehabilitación que priorizaban en sus bases y en su concesión el uso de cerámica. La Generalitat que es quien tiene las competencias en rehabilitación viviendas ha impedido que la Diputación convoque estas ayudas en 2017, anunciando un plan que es una copia del que pusimos en marcha desde el gobierno provincial de Javier Moliner pero, el de la Generalitat con recortes para Castellón. Y, además, nace con un presupuesto ínfimo que no llega a los 4 millones cuando estaba previsto que fueran 30 para, así, reactivar la economía. Una vez más se demuestra que ante la gestión del PP, la izquierda sigue viviendo de los anuncios en prensa que nunca cumple.

En el 2017 no tendremos el Plan renove que demandaba el sector y que prometieron hace un año en Cevisama. Un mal plan para la provincia de Castellón.

*Diputado provincial del PP