El inicio del curso político y deportivo siempre suele coincidir. Y el deporte puede aportar muchos valores positivos a la política, porque nuestra gestión diaria debe basarse en el esfuerzo, la superación, la cooperación y el respeto. Unos valores que los gobiernos del cambio hemos traído a las instituciones públicas, tras años en los que el PP gobernaba sin reglas y en fuera de juego.

En la Vall d’Uixó nos dejaron al borde del descenso, con un informe que decía que éramos la ciudad más vulnerable de España, con unas tasas de paro altísimas y con una deuda municipal infame. Dos años después, esta situación ha mejorado, porque hay 1.000 personas desempleadas menos y hemos reducido la deuda en más de 6,6 millones de euros, cumpliendo con lo que nos marca la ley.

Los números nos dan la razón, porque hemos dejado el límite de endeudamiento por debajo del 64% (al entrar a gobernar superaba el 75%), lo que nos permitirá crear este mismo año cuatro plazas definitivas de agente de Policía Local. También hemos logrado reducir el equilibrio existente en la regla de gasto: hace dos años existía un desfase de 1.100.000 euros y ahora lo hemos bajado a 200.000 euros. 900.000 euros menos. Y vamos a seguir trabajando para dejarlo a cero.

En el deporte, es fundamental que los números vayan acompañados de buenas sensaciones. Y lo mismo pasa en política. Nuestra ciudad genera ahora más confianza en entidades financieras y empresas, es más moderna, más humana y está más viva. Todo esto lo hemos conseguido con un equipo joven, cercano a las personas y responsable, lleno de ganas, ilusión y buenas ideas que ya están funcionando.

Enfrente, nos encontramos con una oposición del PP acomodada, que no sabe perder y formada por personas que llevan toda la vida viviendo de la política y que están de vuelta de todo, alejados y despreocupados de los problemas de los valleros y valleras, porque en Madrid o en Castellón están más cómodos y tranquilos.

Pese a todos los obstáculos que nos intentan poner y a la herencia envenenada que nos han dejado, tenemos un equipo unido y con un proyecto común y de futuro que es el que nos permite hacer avanzar a la Vall d’Uixó. Y eso les molesta. Porque en ocho años de lo que único que fueron capaces es de subir la recaudación del IBI en 11 millones de euros.

Sabemos que corregir esta situación no es fácil, pero ya hemos mostrado cuál es nuestro compromiso y hemos ido dando pasos para bajar la contribución, con dos revisiones catastrales y con la renuncia a recaudar 180.000 euros este año para que los recibos bajen y los bolsillos de las familias se resientan menos. Vamos a seguir rebajando esta presión fiscal a medida que la situación económica del Ayuntamiento lo permita.

Igual que en la medida de lo posible estamos invirtiendo en mejorar la ciudad que nos encontramos hace dos años: 150.000 euros para la reforma de los campos de La Moleta, 300.000 euros en adecuación de colegios, 500.000 euros en la remodelación del Grupo La Unión… Más todas las pequeñas obras en nuestros barrios, que fueron los grandes abandonados en las anteriores legislaturas.

*Alcaldesa de la Vall d’Uixó