El concepto de «corrupción» procede del verbo «corromper», cuyo significado según la RAE, va desde alterar y trastocar la forma de algo; depravar o echar a perder; sobornar y pervertir o incluso, en su uso más coloquial, fastidiar e irritar. En España, por desgracia, vivimos en una irritación constante debido a la depravación de nuestro sistema político.

En los últimos años, nos hemos acostumbrado a desayunar acompañados por numerosos casos de corrupción: caso Bárcenas, caso Pokemon, caso 3%, caso Palau, caso Gürtel, caso Naranjax y así hasta el infinito. Una rutina que nos ha conducido a un hábito peligroso: que sintamos la corrupción como algo intrínseco de nuestra sociedad.

La impunidad con la que hasta ahora han actuado algunos de los dirigentes ha hecho pedazos la credibilidad de la clase política y la confianza en la justicia. Como miembro de la vida pública, creo imprescindible el endurecimiento de las leyes, dando la máxima transparencia a nuestras Instituciones y organismos y clarificando su control.

Para reformar esta maraña, C’s ha propuesto en el Congreso la Ley Integral de Lucha contra la Corrupción. Esta legislación engloba acciones como la protección del denunciante, la creación de una autoridad independiente que supervise a los cargos públicos, el control de los lobis, la dimisión de los imputados, la prohibición de los indultos, la eliminación de los plazos máximos para la instrucción de causas penales y que los propios partidos sean responsables subsidiarios de los delitos cometidos por sus propios cargos. Es urgente controlar esta lacra hasta reducirla a su mínima expresión. Esperamos poder contar con el resto de partidos, de lo contrario asistiremos a la degeneración definitiva del sistema y de nuestra sociedad.

*Diputada de C’s en el Congreso por la provincia de Castellón