Lo de la consellera Carmen Montón con Castellón no tiene nombre. ¿Qué le habremos hecho? No tengo ni idea a qué se debe este ensañamiento hacia nuestra provincia, pero lo que es evidente es que nos ningunea.

Uno de los grandes problemas que no resuelve es la atención sanitaria en los municipios del interior. Le hemos presentado enmiendas a los presupuestos solicitando la creación de un centro hospitalario en el interior de la provincia, le hemos dado un margen amplio para que resuelva el problema; no queremos que lo solucione ya, pero por lo menos que lo tenga en sus previsiones. Pues nada, ya conocen la actitud de los socialistas: no es no. Y mientras los vecinos de Ortells o Zorita les cuesta una hora llegar a su hospital de referencia en Vinaròs. ¡Dios les dé salud a estas personas, ya que un hospital, mientras gobierne la izquierda, no lo van a tener!

Pero este es solo un ejemplo del caos. No nos olvidemos del cierre del centro de transfusiones, lo que supone que ante una urgencia, en una operación, se puedan quedar sin sangre y el enfermo tenga que esperar a que la traigan de Valencia ¡Olé!

Pero la joya de la corona, su ataque más encarnizado es hacia el Hospital Provincial. Le ha declarado la guerra y no va a parar hasta desmantelarlo. No sé si ustedes saben que la gestión que tiene el Hospital Provincial de Castellón es la misma que la que tiene el Hospital General de Valencia. Pero el de la capital del Turia no lo toca, con este no se atreve. Algún día nos lo tendrá que explicar. Porque mientras al hospital de Valencia le incrementa los recursos, al de Castellón se los quita y despide a 17 personas. Los despidos son una auténtica insensatez porque han supuesto una merma importante en la calidad y en la prestación de servicios: 8000 niños se han quedado este año sin sus revisiones oculares, la lista de espera quirúrgica se ha incrementado más de un 15% y ya son 1.296 personas las que esperan más de 3 meses para ser operadas, por no hablar de la inseguridad de los pacientes a los que les están cambiando de especialista y de centro sanitario, por un capricho de Montón. Y es que esta mujer es el colmo de la cabezonería ¿no le dice una sentencia judicial que los despidos son improcedentes y ella sigue erre que erre a pesar de contravenir una decisión judicial, mermar la salud de forma escandalosa y teniendo que pagar una indemnización a los trabajadores con el dinero de todos los castellonenses? Las decisiones de esta señora son la irresponsabilidad personificada y una buena muestra son los quirófanos que ha tenido que cerrar, 7 de los 8 por los recortes y el último también porque se les llenó de moscas. Por no hablar de que hay un solo neurólogo para 49.000 pacientes.

Es que lo de la consellera Montón no es la sanidad, es la colocación. Gestionar no lo hace bien, pero enchufar es su mayor habilidad.

*Diputada autonómica del PP