Aún sigo perplejo ante el anuncio del líder del cuatripartito en Vila-real de querer denunciar a la Diputación, a la Generalitat y al mismísimo Gobierno de la nación, ante la justicia por las plagas de mosquitos. No sé si me parece más triste que el socialista Benlloch solo sepa hacer política desde la puerta de los juzgados o si realmente, lo que me parece lamentable, es que no asuma sus responsabilidades y actúe como es su obligación, contra los mosquitos o contra lo que haga falta, como sin ir más lejos si que están haciendo otros Ayuntamientos como Almassora o Burriana. Y es que si a nivel municipal se tiene voluntad, se puede atajar el problema, como se ha estado haciendo en Vila-real, antes de que gobernara el cuatripartio.

Mi ciudad se ha quedado anclada en el ostracismo, guiada por una izquierda que, en lugar de gobernar, solo se ha dedicado a denunciar ante los juzgados cualquier cuestión.

La fiscalía le ha denegado en varias ocasiones sus denuncias y ninguna de ellas ha prosperado. Pero lo peor no son las constantes demandas judiciales, sino la situación y la imagen en que han dejado a Vila-real. Por no contar con que todas esas demandas y amenazas institucionales que Benlloch lanza, se acaban pagando del bolsillo de los ciudadanos, puesto que usa el dinero público para sus ansias judiciales.

Las ciudades y los alcaldes han de ser reivindicativos ante las instituciones superiores para conseguir proyectos. Con exigencia, con argumentos y con tenacidad y constancia, los alcaldes consiguen inversiones. Con demandas y denuncias, Benlloch lo único que ha conseguido es paralizar Vila-real y ralentizar su salida de la crisis. Desde luego no conozco a nadie que con la amenaza de una denuncia falsa le haga un favor al denunciante.

Así es el gobierno de Benlloch. El de la denuncia, el de los enemigos, el de la demanda, el de la amenaza. Y esa es la realidad en la que ha dejado a Vila-real, en la parálisis.Pero por su fuera poco, mientras con una mano golpea a base de denuncias a las puertas de los juzgados; con la otra hace y deshace a su antojo los contratos.

Mientras él denuncia sin motivos a todo el mundo, la fiscalía anticorrupción sí ha visto indicios de corrupción en su gestión. Una presunta falsedad documental y malversación de fondos. De eso le acusa el fiscal. De haber pagado a la empresa de asesoramientos con dinero de todos los vila-realenses y de una manera irregular. Y por mucho que el secretario general de los socialistas quiera esconder estas vergüenzas, tipos de mosquitos pueden haber más de 3.000, pero hoy la corrupción está en la parte de los socialistas. H

*Candidato del Partido Popular a la alcaldía de Vila-real