La pasión que despierta lo propio, lo tradicional, lo autóctono, me llena de orgullo, me suma energías y me renueva el espíritu de lo colectivo, el sentimiento de pertenecer a un grupo que palpita de forma acompasada cuando mira hacia atrás y siente ahora.

Ciudadano de muchas partes y vecino de otras más, siento mis raíces. Y Peñíscola no falla, siempre hace brotar esa sensación tan mágica, esa sonrisa plácida cada vez que escucho a los campanarios temblar.

La celebración de las Fiestas Patronales en Peñíscola siempre ha supuesto un aumento en la cifras de ocupación así como en el consumo local, alargan la temporada turística y mantienen la ocupación hotelera. Esto es posible gracias a la colaboración de multitud de agrupaciones culturales que han colaborado en la confección del programa festivo, la comisión de fiestas, la comisión taurina, la coordinadora de peñas y toda la pasión que ponen al sumarse al carro en el que estamos todos, también la reina y su corte de honor, ejemplares en estas fiestas.

Es indispensable una gestión eficiente y eficaz de los recursos económicos por parte de este área en el consistorio. La celebración de nuestras fiestas es una inversión que debemos hacer rentable, poner en valor la pasión por lo nuestro es un deber y un placer.

Respetar y perpetuar la tradición es nuestra obligación, ampliar la oferta lúdica haciendo eficiente cada euro invertido, nuestra obligación. H

*Alcalde de Peñíscola