La Eucaristía es el mayor tesoro que el Señor Jesús ha dejado a su Iglesia: en ella nos ha dejado el memorial permanente de su entrega en la Cruz por amor a la humanidad, la actualización del misterio pascual. La Eucaristía es la fuente y culmen de la Iglesia y de su misión; es el centro de la vida de todo cristiano. Sin Eucaristía no habría Iglesia y sin Iglesia no habría Eucaristía. Por ello, la Iglesia cuida desde siempre la celebración de la misa con los libros litúrgicos. A partir de las misas vespertinas del próximo I Domingo de Cuaresma, 5 de marzo, será obligatorio el uso de la nueva edición del Misal Romano en lengua española en todas la misas en castellano en toda España. No se trata de un nuevo Misal sino de una nueva edición del ya existente.

Esta nueva edición del Misal Romano es una buena ocasión para examinar y mejorar nuestras celebraciones de la Eucaristía. No se trata, simplemente, de sustituir una edición por otra más moderna o actualizada. Todos estamos llamados a recibirlo cordial, consciente y responsablemente. A ello nos ayudará el estudio y la acogida del mismo Misal así como también de la ordenación general, en la introducción. Su conocimiento nos dispondrá para la correcta celebración de la Santa Misa y para instruir a los fieles en una consciente y fructuosa participación en la Eucaristía. También el modo de celebrar y de usar los textos puede condicionar la asimilación de la fe por los fieles.

En la nueva edición hay una leve pero importante modificación en las palabras de la consagración del vino. Ahora en lugar de decir «por todos los hombres» se dirá «por muchos». Esta modificación pretende una mayor fidelidad a los textos originales del Nuevo Testamento y a la tradición litúrgica de la Iglesia latina, que dice «pro multis» (por muchos). La expresión «por todos los hombres» no era realmente una traducción del texto sino una interpretación.

*Obispo Segorbe-Castellón